Hace años que vengo retando con esta frase en los cursos que imparto.
Comenzó siendo en los relacionados con innovación y creatividad, posteriormente en todos los demás.
La frase, «eso aquí es imposible» es como una campanada del demonio, que retumba, tumba en todas las organizaciones, y en todas las bóvedas craneales, que la componen y que no se insonorizan adecuadamente. Una campanada con la que Satán nos aturde, nos convence con sus ecos, «más vale malo conocido…», «si, la teoría está muy bien, pero…» y muchos otros pensamientos cuyo resultado es: «Que bien se está en el sofá, acércame otra cerveza.» Es decir, condenarnos para la eternidad a la zona de confort, tan calentita, y tan alienante.
Si, está comprobado, lo que no puede ser, no puede ser y además es imposible. ¿Comprobado? ¿Por quien?
Lo que yo he visto es que en las personas que más resultados obtienen, las que sacan adelante a la sociedad, a su familia, a sus amigos, la palabra imposible aparece con menos frecuencia. ¿Hay algo más desmotivador que ser profeta de la imposibilidad? Como dirían los motianos, «ir pa na es tontería». Lo que está demostrado es que las personas que atisban la posibilidad, lo intentan con más ahínco. Y en muchos casos lo consiguen o al menos se acercan: ejemplos de los Curie, los Ramón y Cajal, los Fleming, … no se hubiesen dado si no tuvieran claro que lo único demostrable es la posibilidad de lograrlo. Que de los retos, de los enigmas y de los problemas sólo es posible demostrar que si tienen solución y que se demuestra cuando se encuentra, sin embargo lo contrario es cuestión de creer en que nunca vendrá un nuevo descubridor que lo logre.
Las personas que componen la organización y con más razón los que la lideran, deben ser conscientes de esto, de que su misión es encontrar la solución, demostrar lo posible. Si su actitud es la contraria y se dejan abatir o seducir por la imposibilidad, entonces el freno está puesto.
Lo imposible, amigos, lo imposible es cuestión de fe.
P.D. : Gracias a @bego_zalbes por moverme a escribir esto, aunque fuera sin intención. 🙂