En las Artes Marciales japonesas se denomina kata (型 o 形) (literalmente: «forma») a una serie de movimientos diseñados para la práctica en solitario de las técnicas más importantes. Para dominar las Artes Marciales, debes combinar el entrenamiento individual mediante el kata con el combate libre (randori o kumite) que te prepara para el combate real.
Si pensamos si podría existir algún kata para el liderazgo, considero que los movimientos de preparación de una delegación son los más acertados. El ejercicio de la preparación de un proceso de delegación se podría considerar un kata para un líder ya que deberá practicar los movimientos más importantes del liderazgo: capacidad de análisis, visión, definir objetivo, conocimiento de colaboradores, planificar, gestionar los tiempos, motivar, comunicar para influir, escuchar… Todo para lograr ganar por un lado, tiempo y rentabilidad, y por otro, desarrollo del colaborador.
Analicemos estos movimientos a través de los pasos del proceso de delegación:
Definir la tarea, para ello es bueno seleccionar (1) primero una lista de tareas que son susceptibles de ser delegadas. Posteriormente, (2) elegir entre ellas la que consideremos más conveniente en función de criterios como facilidad de ser delegada, riesgo y responsabilidad, tiempo que me ocupa, grado de desarrollo que aporta al colaborador,…
Seleccionar el colaborador en el que se va a delegar. Una vez que se tiene la tarea (3) hemos de buscar una persona en la cual delegar. Es importante que sea una persona cada vez y no tener «favoritos» para la delegación. Una vez escogido, (4) deberemos valorar su grado de madurez frente a la tarea: analizar su preparación y predisposición. Es útil evaluar el nivel del colaborador de forma objetiva, usar herramientas y metodologías profesionales de seguimiento. El «a ojo clínico» no es más que una arrogante pereza, poco profesional.
Diseña el plan de delegación. Una vez seleccionada la persona, establece un plan de delegación. (5) Primero define el objetivo: qué piensas conseguir, en cuánto tiempo, y cómo vas verificar los resultados, se trata de concretar el objetivo esbozado en el punto 2 . (6) Definamos las actividades que nos llevarán a lograr el plan. Es importante ordenar actividades desde la más simple a la más compleja. Distingamos: tareas que aportan conocimiento, tareas que aportan habilidad, tareas que aportan confianza y organicémoslas en el tiempo de forma realista. No olvides que serán necesarios recursos para lleva a cabo estas actividades: tiempo, materiales, formación,…piensa en ello. El plan debe ser ambicioso pero realizable, ten en cuenta la realidad. (7) No te olvides de incluir en el plan momentos de feedback y reconocimiento.
Diseña el primer encuentro. (8) El siguiente paso es preparar un primer encuentro con la persona. Pensar cómo transmitirle tu propuesta de delegación, planificar los tiempos en la entrevista y programarte técnicas para escuchar su visión y predisposición. Debes ser capaz de prepararte para comprender sus inquietudes y apoyar su inseguridad. (9) Finalmente, deberás lograr un acuerdo de plan de trabajo.
Prepárate para el seguimiento. (10) Prevé un seguimiento objetivo y motivante. El principal fin de las entrevistas de seguimiento es la orientación y es fundamental que dichas entrevistas sean útiles para el logro de la meta de la delegación. Por ello, el verdadero líder, prepara y cuida el máximo estos momentos.
Como vemos estos pasos son un trabajo previo del directivo, en solitario. Pero le ayudará a entrenarse para la relación cuerpo a cuerpo de cada día. Una vez el directivo ha realizado todos los movimientos, deberá repetirlos, revisarlos, asesorarse y entrenarse, hasta que esté completamente seguro que cada posición es la correcta: actitud mental, mensajes claros, comunicación no verbal… todo debe ser orientado hacia el objetivo, lograr una delegación correcta y eficaz.
« Al practicar kata es necesario conocer sus significados; […] entrenar sin comprender es en vano. »
En las Artes Marciales es importante el respeto, a los maestros, a uno mismo y al adversario: a los maestros, aporta la humildad del que aprende, a uno mismo, te da la confianza y al adversario, da la cortesía y la precaución para estar preparado.
« Gracias a los kata se puede aprender la técnica e investigar en ella sin riesgo mortal. »
Mabuni & Nakasone
Una vez preparado, el líder deberá pasar a la acción con su proyecto de delegación y comprobar que es capaz de conseguir el objetivo, desarrollar y motivar al colaborador. De esta manera además, podrá mejorar los movimientos del kata, de su «forma» de delegación y de dirección.
« No basta con repetir indefinidamente los kata. Para llegar a comprenderlos deberemos desarrollarlos a través del kumite.»
Mabuni & Nakasone
Cuadro de los movimientos de delegación
Nº
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Pasos
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Habilidades que se entrenan
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Definir la tarea,
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Ichi
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(1) Hacer lista de tareas delegables.
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Capacidad de análisis
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Ni
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(2) Elegir de una tarea.
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Síntesis, definir objetivo.
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Seleccionar el colaborador
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San
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(3) Seleccionar una persona.
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Conocimiento del colaborador.
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Shi
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(4) Evaluar el grado de madurez
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Conocimiento del colaborador, objetividad.
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Diseña el plan de delegación.
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Go
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(5) Definir el objetivo
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Análisis, motivación al logro, auto
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Roku
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(6) Establecer las actividades
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Planificación, gestión del tiempo, administración
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Shichi
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(7) Planificar en el feedback.
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Planificación, motivación, comunicación
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Diseña el primer encuentro.
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Hachi
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(8) Preparar el encuentro con la persona,
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Liderazgo, escucha activa, motivación, comunicación.
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Ku
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(9) Preparar el acuerdo de plan de trabajo.
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Negociación, persuasión,
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Prepárate para el seguimiento.
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Jû
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(10) Prever un seguimiento objetivo y motivante.
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Motivación, persuasión, comunicación
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Fuente de citas: http://shotokankaratedo.es/
David Martín on 24/05/2012 at 14:07 said:
Genial Juan!!
Debemos dedicar, buscar, sacar tiempo para pensar/preparar. la velocidad a la que vamos nos hace despreciar muchas veces el análisis. Y es el análisis dedicado el que nos puede asegurar el éxito de las acciones a ejecutar.
y al revés los errores que estamos viendo/viviendo todos los días adolecen de falta de rigor en el análisis.
Gracias Juan por darme este ratito para reflexionar.
un abrazo
David Martín
Valera Mariscal, JJF on 25/05/2012 at 05:52 said:
Muchas gracias, David. Aprecio mucho tu valoración, de verdad. Muchas gracias.
En las Artes Marciales el camino y el fin tienden a fundirse, y debes perseguir con la misma fuerza el objetivo y la perfección en cada movimiento para conseguirlo.
Un abrazo
Daniel Patricio Fernández García on 29/09/2013 at 14:10 said:
Me parece sumamente interesante el artículo, sin embargo hay dos cosas que me inquietan. La primera de ellas es la metáfora utilizada: cualquier arte marcial tiene de ser un momento de crecimiento personal, individual y la función de liderazgo es una empresa muy opuesta, un momento en el que una persona se hace cargo de un grupo, organización, comunidad o sistema.
Establecer un texto que pretenda ayudar a profesionales a delelgar no puede pasar por una metáfora que le indica al lector que debe, primero, aislarse a sí mismo de su entorno, sin interacción con los demás (kata), para luego llegar al combate libre. El lector por tanto puede asumir, muy probablemente que el «camino» es la «forma» y que desde su individualidad puede generar herramientas abstractas de relaciones interpersonales en función de sus propios objetivos antes que pensar de manera empática, en un sentido de participación. Un «lider» con esta influencia es como el capataz que termina diciendo «qué bonito ME quedó el trabajo», mientras palmea la espalda de sus obreros.
En segundo lugar, si en las artes marciales el fin se confunde con el camino, es decir, el objetivo es igual que el camino, es porque es un camino de crecimiento «individual» y no colectivo. En general, cuando hay procesos colectivos, el objetivo no se puede confundir con los medios, porque el objetivo es diferente del camino que se transita, ej. El objetivo es que la empresa crezca y el camino para eso es definir una estrategia que permita llegar hasta ahí. La estratégia no es el objetivo, sino que la empresa crezca.
Me parece por lo menos confuso establecer metáforas que lleven a la hiperindividualidad, sobre todo en organizaciones laborales. El ideal es un trabajo en equipo o comunidad en el que no se anule al individualidad, pero que al mismo tiempo, los individuos puedan trabajar en conjunto.
Saludos
Juan J. F. Valera Mariscal on 29/09/2013 at 20:04 said:
Gracias Daniel:
El liderazgo como cualquier disciplina debe ser una vía de crecimiento. Y la Kata es una fase del aprendizaje en la que se entrena un movimiento que luego se pondrá en práctica. Hay mucho liderazgo sin entrenamiento y mucho más individualista. Y se manifiesta en la delegación «tirar a la piscina» «colocar tareas en alguien»,
En la Kata siempre tienes que pensar en el otro, no existe sin él y es su fundamento.
Lo del individualismo no aparece en el artículo. Todo lo contrario es necesario contar con el colaborador «programarte técnicas para escuchar» implica que debes aprender a escuchar y a valorar a tu equipo.
Todo esto es entrenamiento orientado a la mejora común, y toda mejora comienza con uno mismo. Debe ser proactiva y no reactiva, el camino es la preparación y la mejora de uno mismo para armonizar con el bien común.
No veo la metáfora de la hiperindividualidad, quizá por que no era mi intención al escribirlo, más bien todo lo contrario, está visto que no acerté al 100% veré que puedo hacer.